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lunes, 21 de marzo de 2011

El destino.



La noche es fría, negra y callada,
Espera o acecha al recién llegado.
Los sonidos cambian en la faz helada,
bajo el peso de los pasos pasados.

Sus pies cubren negras botas de metal
su capa susurra la hierba al rozar .
Sombras oscuras alternan los cielos.
Todo calla, salvo sus pensamientos.

Se estremece el bosque de repente.
Algo perturba la quietud del lugar.
Un lejano animal se escucha cabalgar.
Se acerca un caballero desde el torrente.

El hombre descubre de su capa una vaina.
La capucha levanta y su rostro se apaga,
se acerca al camino escuchando
al que, parece ser, estaba esperando.

Acentúase el galope del animal,
algo incontenible se palpa en el aire.
dos grandes fuerzas van a estallar
cada caballero tomará su parte.

A pocos metros el uno del otro están
cuando salta al camino ágil y fugaz
con gesto ufano el montaraz.
Detiene con miedo el caballero a su animal.

Retrona entre los árboles con elegante gesto 
su voz profunda y penetrante
palabras de honor invaden el aire:
"Te esperan, desde hace ya tiempo".